viernes, 4 de abril de 2008

A 63 años de la Declaración de Avellaneda

4 de Abril de 1945 - 4 de abril de 2008En el aniversario de la Declaración de Avellaneda, queremos compartir dos párrafos, aplicables totalmente a la realidad actual del partido.
Ojalá que en tiempos donde la desilusión amenaza arrasar con todo, levantemos nuestras voces y sean nuestras conductas las que marquen el camino de la recuperación del partido. Hoy más que nunca, como dijo Moisés Lebensohn: "Doctrina para nos entiendan, Conducta para que nos crean".-
... Reparación moral y depuración

En el orden partidario el problema fundamental es el de estructurar y unificar integralmente el radicalismo, para lo cual basta proclamar su doctrina y convocar a los hombres que por su conducta puedan servirla. Porque si los partidos necesitan ideales y programas de gobierno, también requieren integrantes condignos que representen una garantía para la reparación moral que exige la República.
Como la doctrina y el pueblo radical están intactos, lo único que debe hacerse es depurar algunos elencos dirigentes y formar de las nuevas generaciones, los líderes capacitados para afrontar los grandes problemas que se presentan al país. Esa depuración la hará el partido, sin ingerencias extrañas y con su propia disciplina.

Como consecuencia del pensamiento enunciado los radicales que suscribimos este documento, inspirándonos en el bien de la patria.
Afirmamos:
Nuestro propósito de seguir sirviendo los grandes ideales nacionales y humanos de la UNION CIVICA RADICAL, cuya continuidad y unidad histórica es indestructible.
Nuestra absoluta intransigencia frente a todo lo que represente la negación de los postulados de libertad y de reparación moral, política, económica, social, cultural e internacional por los que lucha el radicalismo desde que surgió a la vida pública. Nuestra oposición a que la UNION CIVICA RADICAL concierte pactos o acuerdos electorales, ya que en el juego normal de las instituciones el país debe estar gobernado por partidos orgánicos y el radicalismo, como tal, aspira a afrontar por sí la responsabilidad de estructurar una nueva Argentina.
Nuestra convicción de que la UNION CIVICA RADICAL no debe participar en gobiernos que no hayan surgido de sus propias filas. Esta es nuestra palabra de argentinos y de radicales. Que cada cual diga la suya y que cada cual, como nosotros, tome su puesto de lucha en el lugar que sus convicciones le señale. Nosotros, como siempre, estamos al pie de la vieja bandera del radicalismo, que continúa siendo una esperanza para todos los argentinos.

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